Y es que en el fondo siempre queremos parecernos un poco al otro y el otro siempre tiene algo que queremos. dale y dale y dale... siempre buscando la alteridad aunque sea en el rostro propio.
Pero estas son aspiraciones de índole imaginario, así como todo imaginario sólo existe en un reflejo y es éste quien posiblemente por efectos de imitación existe. Lo imaginario solo es cuando se enfrenta a lo real o viceversa.
la ventana de enfrente y su fondo vacío se llena con los recovecos que están a mis espaldas, veo mi entorno en el reflejo. imagino.