En dos segundos un paso
Tiempo en que veo la rapidez que me rodea.
Subo a un camión, bajo hacia el metro. Lenta,
Sosegada, respiro el aire putrefacto de una soledad rancia
De muchos
Protegida bajo estos muros de piel lloro
Sin lograr suavizar el gris yeso que me cubre el rostro
Lloro también bajo el sol astilla de una ciudad inmensa,
Y camino sus calles,
y mido sus tiempos,
y veo sus humos concretos
En los que diario busco el alma blanda que rompa la estatua.
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