lunes

Galletas chinas de las suerte

Después de un atracón dominguero y familiar de comida china, todos muy entusiastas rompen por mitad sus galletas de la fortuna, cuyo presagio, al igual que la comida china, se comparte.
El ejercicio lleva rondandome la cabeza ya unos años y la conclusión fue que la mejor manera de crear silencios incómodos y romper con esta falsa funcionalidad familiar o amistosa que sugiere la comunión de compartir los alimentos es develando, mediante esas galletas, las verdades incómodas que todos quieren saber pero nadie se atrevía a preguntar.

Situación 1. Comida familiar: Padre, madre e hijo adolescente:

Galleta de la madre "Sí,  piensa que te ves gorda"
Galleta del padre " habla con sus amiga(o)s sobre tus problemas de líbido"
Galleta del hijo " No importa lo que hagas, te convertirás en eso que criticas"

Esto, obvio es un ejemplo piloto. Sin embargo este tipo de sentencias funcionan en cualquier tipo de mesa, no importa que el sospechoso más cercano a tu suerte esté presente. La idea es ensí fomentar una breve y sutil paranoia con respecto a quienes te rodean.

"Tus inseguridades te han hecho famoso/a"
"La verdad, hubieran preferido que nacieras güerito/a"
" Cuando lo /la veas imaginate a su madre, eso marcará  la diferencia"
" Amigos de trabajo, yeah right!"
"Conocerás a la mujer/hombre de tu vida y va a arruinarla"
"no es amor, es sexo"
"Sabes para quien eres débil y pequeño, no refutes, tiene razón"
"Hasta para tus amigos, la cartera es lo que importa"



Si conoces tu suerte, esto no puede afectarte,pero si dudas un poco... me has dado el gane.