sábado

(alita, alitera, aliterando) ejercicio IIII

hay que hurgar los recovecos para purgar los días,
amanecer de buenas, distante ya de las expulsiones,
excomuniones y excreciones.
La frescura de una lechuga,
envoltorio liviano de lo verde que reverbera en lo verde,
y los pinceles alegres en su fiesta colibrina
que pintan flor en flor en flor en flor y la semilla
no despunta lo que despinta el agua
disuelta en los resquemores del rocio
y su artrítico dolor de antaño, al tiempo alivianado.

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